Tango

El tango es un género musical tradicional de Argentina y Uruguay, nacido de la fusión cultural entre emigrantes europeos, descendientes de esclavos africanos y de los nativos de la región del Río de la Plata.[2] Musicalmente suele tener forma binaria (tema y estribillo) o ternaria (dos partes a las que se agrega un trío). En esencia, es una expresión artística de fusión, de naturaleza netamente urbana y raíz suburbana («arrabalero»), que responde al proceso histórico concreto del mestizaje biológico y cultural de la población rioplatense pre-inmigración y la inmigración masiva, mayoritariamente europea, que reconstituyó completamente las sociedades rioplatenses, a partir de las últimas décadas del siglo XIX.
Su interpretación puede llevarse a cabo mediante una amplia variedad de formaciones instrumentales, siendo las más características el cuarteto de guitarras, el dúo de guitarra y bandoneón, el trío de bandoneón, el piano y contrabajo, así como la orquesta típica o el sexteto.
Las letras de sus canciones están compuestas basándose en un argot local llamado lunfardo que, suelen expresar las tristezas, especialmente «en las cosas del amor»,[3] que sienten los hombres y las mujeres de pueblo,

circunstancia que lo emparenta en cierto modo con el blues, sin que ello obste al tratamiento de otras temáticas, incluso humorísticas y políticas.
Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió al tango como «un pensamiento triste que se baila».[4]
En 2009 fue presentado por los presidentes de la Argentina y Uruguay para ser incluido, y finalmente aprobado en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la Humanidad por la Unesco.[5]
El término parece provenir del idioma ibibio (idioma de la familia lingüística Níger-Congo), tamgú: ‘tambor’ y ‘bailar (al son del tambor)’. Se desconoce a ciencia cierta si la palabra española tambor proviene de este ibibio tamgú o del árabe hispánico tabal. En el siglo XIX, en la isla El Hierro (de las islas Canarias) y en otros lugares de América, la palabra «tango» significaba ‘reunión de negros para bailar al son del tambor’.

A finales del siglo XVIII (entre 1780 y 1791) el cabildo de la Buenos Aires emitió al menos tres informes al virrey, denunciando las prácticas músicales y religiosas de los esclavos.[6] [7] Una de ellas se efectuó en 1789, Manuel Warnes (entonces funcionario del cabildo de Buenos Aires), elevó una denuncia contra ciertas prácticas de los esclavos africanos y sus descendientes (esclavos afroargentinos) residentes en Buenos Aires diciendo lo siguiente: "No permitan semejantes bailes y juntas las del tango, porque en ellas no se trata sino del robo y de la intranquilidad para vivir los negros con libertad y sacudir el yugo de la esclavitud".[8]
En los albores del siglo XIX, el cabildo de Montevideo certificó la existencia de los Candombes, a los que llama alternativamente Tangos o Tambos, prohibiéndoles llevar a cabo su actividad escénica bajo el argumento de la lesión a la moral pública y castigando a sus cultores. Una resolución del Cabildo de Montevideo de común acuerdo con el gobernador Francisco Javier Elío del 26 de setiembre de 1807, cuyo título es "Sobre Tambos bailes de negros" reza: "Que respecto á q. los Bailes de negros son por todos motivos perjudiciales, de prohivan absolutam. dentro y fuera de la Ciudad, y que se imponga al que contrabenga el castigo de un mes álas obras publicas". En el Índice General de Acuerdos, un libro manuscrito de esa misma época, se utiliza la palabra Tangos por Tambos.[9]
El historiador Ricardo Rodríguez Molas investigó los lenguajes de los esclavos llevados a la Argentina. La mayoría provenía de etnias de Congo, el golfo de Guinea y el sur de Sudán.[10] Para ellos, tangó significaba ‘espacio cerrado’, ‘círculo’ y cualquier espacio privado al que para entrar hay que pedir permiso. Los traficantes de esclavos españoles llamaban «tangó» a los lugares donde encerraban a los esclavos, tanto en África como en América. El sitio donde los vendían también recibía ese nombre. Antes de 1900 a este género se lo llamaba «tango canyengue», palabra de origen africano. Los negros porteños la pronunciaban caniengue y desde 1900 los blancos lo escribieron y pronunciaron canyengue (con la ye porteña).

El «caminar canyengue» es una manera de caminar del compadrito, de cadenciosos movimientos de cadera. También se lo llama «caminar arrabalero» (siendo «arrabal», los suburbios o barrios bajos de las antiguas ciudades de Buenos Aires y Montevideo). Como lo representa Tita Merello en la película Arrabalera (1945).
El Diccionario de la Lengua Española de la RAE, en su edición de 1899, definía al tango como una ‘fiesta y danza de negros o de gente del pueblo, en América’ y también, como segunda acepción, ‘la música de esa danza’. Es interesante notar que el diccionario le suponía al término un origen latino que hoy parece erróneo, es decir, a partir de la 1ª pers. sing. de tangir (ego tango), evolución romance del verbo latino tangere, i.e. tañer un instrumento. El error persistía en la edición de 1914. Las siguientes ediciones eliminaron la aventurada etimología.
La edición de 1925 definía al tango como antes, aunque ya sin la errónea etimología latina, y agregaba: ‘Danza de alta sociedad importada de América al principio de este siglo’. Esto evidencia que el tango había pasado de ser de clase baja a la clase alta. También se agregaron más acepciones: ‘Música de esta danza’ y ‘tambor de Honduras’. En el creole que se habla en los «morenales» de la costa caribeña de Honduras (de población mayoritariamente negra) se conservan muchas palabras originales africanas. La edición de 2001, la vigésima segunda, definió el tango como un ‘baile rioplatense, difundido internacionalmente, de pareja enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro’. El término gotán significa ‘tango’ en vesre.
Es generalmente aceptado que la utilización de esta palabra a principios del siglo XIX no certifica vinculación alguna con el Tango que se surgió a fines de ese mismo siglo.[9]
De igual manera, el primer tango grabado por una orquesta, la de Vicente Greco, se denomina Don Juan (1898) cuyo autor fue el compositor argentino Ernesto Ponzio.[21]

El primer grupo de tango, estuvo compuesto por dos afroargentinos, el Negro Casimiro Alcorta (en violín) y el Mulato Sinforoso (en clarinete), a los cuales se les agregaría algún guitarrista para marcar correctamente los compases y el ritmo del tango.[22] Actuaron en Buenos Aires desde principios de la década de 1870 hasta principios de la década de 1890. El Negro Casimiro es autor de Entrada prohibida,[23] luego firmada por los hermanos Teisseire, y de La yapa; a su vez, se le atribuye el tango Concha sucia, el cual más tarde sería modificado y firmado por Francisco Canaro como Cara sucia.[24] Cabe decir, que se cree que este dúo fue autor y ejecutor de muchos de los primeros tangos que hoy figuran como anónimos, ya que en esa época no se solían firmar las obras.
Por último, es de destacar que mientras que, enmarcadas en dichas fechas, en Argentina hay todas estas referencias históricas vinculadas al tango (como género musical), los primeros análisis sobre el tango en Uruguay, lo hizo un testigo protagónico de ese entonces: el pianista uruguayo Alberto Alonso. Dichos escritos han sido analizados, entre otros por Enrique Binda, quien da su punto de vista (bastante objetivo y fiable, al parecer) sobre la génesis del tango situándolo en un lugar geográfico real y concreto, el Gran Buenos Aires.[25] [26] Por su parte el historiador Ricardo García Blaya en su libro: Historia del tango y la milonga. Buenos Aires: El Ateneo - Yenny, 2003, sostiene que el tango nació en la zona del Río de la Plata, más precisamente en Buenos Aires, extendiéndose luego a ciudades como Rosario y Montevideo.[27] También, la Dra. Marta Rosalía Norese ha escrito una tesis doctoral muy completa, en la cual relacionan total y exclusivamente al tango con Buenos Aires (Argentina).[28] [29]
Si bien el tango reconoce lejanos antecedentes africanos, latinoamericanos y europeos, sus orígenes culturales se han fusionado de tal modo que resulta casi imposible reconocerlos.

Se sabe que el argot del tango, el lunfardo, está plagado de expresiones italianas y africanas;[cita requerida] que su ritmo y clima nostálgico tiene un cercano parentesco con la habanera cubana; y que «tango, milonga, malambo y candombe», son parte de una misma familia musical de raíces africanas y también de las costumbres provenientes de los gauchos que migraron a la ciudad.
Sin embargo el tango no se confunde ni deriva de ningún estilo musical en particular. Ernesto Sábato dice que por sobre todas las cosas el tango es un híbrido, una expresión original y nueva que deriva de una movilización humana gigantesca y excepcional.
El tango apareció en el Río de la Plata y sus zonas de influencia. En la presentación conjunta de Argentina y Uruguay ante la UNESCO para el reconocimiento del Tango como patrimonio inmaterial de la humanidad, reza: "El Tango nació entre las clases bajas de ambas ciudades [Buenos Aires y Montevideo] como una expresión originada de la fusión de elementos de las culturas afroargentinas y afrouruguayas, auntenticos criollos e inmigrantes europeos. Como resultado artístico y cultural de este proceso de hibridación, el Tango es considerado hoy en día como uno de los principales signos identitarios del Río de la Plata."[30] Otras fuentes afirman que surgió primero en Buenos Aires y en la zona del actual Gran Buenos Aires,[31] [32] [33] [14] [34] [35] en la segunda mitad del siglo XIX, en el marco socio-cultural de las grandes oleadas migratorias de los más variados orígenes internos y externos, que recibió entonces esa región. Por su parte, el escritor argentino Jorge Luis Borges dijo: "Buenos Aires, Montevideo y Rosario son los tres lugares que se han disputado el nacimiento del tango", cosa que se asemeja bastante a la realidad de la temática.

Otros puertos fluviales como en Campana y Zárate también registran antiguos antecedentes tangueros. Se trató de una música eminentemente popular, rechazada y prohibida por las clases altas y la Iglesia Católica, por lo que se desarrolló en los barrios pobres de los suburbios (los arrabales), los puertos, los prostíbulos, los bodegones y las cárceles, donde confluían los inmigrantes y la población local, descendientes en su mayoría de indígenas y esclavos africanos.
Allí se fueron fusionando libremente las formas musicales más diversas (candombe, payada, milonga, habanera, tango andaluz, polca, vals, etc.), provenientes de los orígenes más diversos (africanos, gauchos, hispanos coloniales, indígenas, italianos, judíos, alemanes, andaluces, cubanos, etc.), hasta formar el tango. Se estima que la transición duró alrededor de cuarenta años para afianzarse como un género plenamente constituido en la última década del siglo XIX.[36]

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